Santo Domingo.-Poco antes de caer abatido a manos de un raso de la Policia Nacional,
el joven Steven Manuel Infante, de 21 años, había expresado que ayer, Día de
las Madres, le llevaría flores a su madre a su tumba.
A su edad también estaba huérfano de padre, y quizás nunca imaginó que
no volvería a rendirle culto a quien le dio la vida.
Ayer, bien temprano en la mañana, en la calle Retiro, del sector “La 40”
de Cristo Rey, los vecinos permanecían atónitos ante la infausta sorpresa de
ser testigos el pasado sábado, casi a las 11:00 de la noche, de que el agente
policial Maiken Rodrígo Figuereo Pérez, de 19 años, asesinara a Infante a
quemarropa.